Pese a que el traslado de un galpón a otro es estresante para las gallinas, también lo es adaptarse a un nuevo entorno, por ello es fundamental brindarles agua y una alimentación adecuada cuando estas han llegado al galpón de postura y así evitar futuros riesgos durante el periodo de producción.
El consumo de agua, es una de las primeras recomendaciones a tener en cuenta, dado que el traslado suele deshidratar a las gallinas. Por lo que estas deberán beber agua tres a cuatro horas antes de comer, pues la ausencia de alimento facilitará la ubicación de las tetinas/nipples en el nuevo lugar. En caso de que las aves no hayan utilizado tetinas antes, debe reducirse la presión y dejar que estas goteen los primeros días.
Respecto a la alimentación de las gallinas, son varios los factores para lograr una formación ósea y la producción de huevos adecuada, tal como contar con una dieta prepostura (dos semanas antes de ponerse el primer huevo) con bastante calcio y fósforo, la cual será necesario cambiar por una en alto contenido de aminoácidos tan pronto la producción alcance un 2%.
Asimismo, para llegar a cabo con tal cometido, es fundamental que todas estas medidas tengan como principal objetivo que el consumo de alimento aumente en un 40%, desde el primer día de postura hasta el pico de producción.
Para comenzar, se recomienda: utilizar un alimento de granulometría adecuada (80 % de las partículas entre 0,5 y 3,2 mm de diámetro); limitar el número de distribuciones de alimento, ya que puede evitar la competencia por partículas grandes y una falta de uniformidad en las gallinas; minimizar las temperaturas en el galpón y la corrientes de aire; proporcionar de una hora y media a dos luz suplementaria en la mitad del período oscuro (“alimentación de medianoche”); por último, adaptar el tiempo de alimentación de manera que, en las últimas seis horas del día, el 60% del alimento sea consumido.